Párrafo 149

149. Durante toda su vida, y hasta su última prueba (cf. Lc 2,35), cuando Jesús, su hijo, murió en la cruz, su fe no vaciló. María no cesó de creer en el «cumplimiento» de la palabra de Dios. Por todo ello, la Iglesia venera en María la realización más pura de la fe.

II “Yo sé en quién tengo puesta mi fe” (2 Tm 1,12)

Creer solo en Dios